Introducción al tema

VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO
Modalidades y alcances
Un gran número de parejas adolescentes atreviesan situaciones de violencia la que se manifiesta por el abuso físico, emocional, económico o sexual. Puede ocurrir durante la primera cita o después de un tiempo de salir juntos. Sus efectos tienen un impacto destructivo en la salud física, mental y en la vida social de los/las jóvenes cuyas consecuencias pueden ser: depresión, aislamiento, fracaso escolar y bajo rendimiento laboral. La violencia en el noviazgo puede ser el inicio de una vida en pareja y posteriormente en familia, marcada por el maltrato.
No hemos aprendido a reconocer los diferentes rostros de la violencia ni las máscaras del amor. La conducta violenta no es percibida ni por las víctimas, mujeres en su mayoría, ni por quienes ejercen la violencia, los varones por lo general. Al contrario muchas veces es entendida como una expresión de interés y cariño, de manera que por "amor" se tolera el maltrato. La violencia en el noviazgo pasa desapercibida también porque el abuso se asocia a las parejas casadas y con hijos y no se reconoce, principalmente por la desvalorización de las relaciones amorosas entre adolescentes, ya que son consideradas como exageración o "cosas típicas de la edad".
La violencia en el noviazgo es justificada mediante una serie de mitos que la enmascaran a través de ideas falsas acerca de la realidad. De este modo se cree socialmente que:
-la violencia es ocasionada por el alcohol o el consumo de drogas;
-la posesividad y los celos son expresión de amor;
-una mujer puede cambiar al hombre que ama si se lo propone y consiente con mucho amor;
-una mujer se queda en una relación violenta porque le gusta;
-la violencia en el noviazgo no es tan severa como la de una mujer adulta maltratada;
-sólo ocurre en los sectores más pobres y no en las clases medias e instruidas;
-es una cuestión privada o un problema sólo de esa pareja;
-la violencia es algo que sucede algunas veces y tiene que ver con “conflictos normales” en una pareja;
-el varón que golpea es un enfermo;
-es una cuestión instintiva, y no puede evitarse ya que los varones tienden naturalmente a tener un carácter “fuerte”
La adolescencia imprime características particulares a la violencia en los noviazgos. Es una etapa en la que los y las jóvenes manifiestan el deseo de experimentar y tienden a rebelarse respecto de los mandatos de los adultos. Las relaciones más importantes son las de amistad y se depende del grupo de amigos para descubrir la identidad personal, por lo que la opinión o el consejo de los adultos es en general rechazado.
Por su inexperiencia, los y las adolescentes no están preparados emocionalmente para enfrentar las decisiones y conflictos de las relaciones de pareja. La búsqueda de independencia en relación a sus padres es característica de esta etapa, por lo que si los/las jóvenes están involucrados/as en una relación abusiva tienden a aislarse y a no pedir apoyo a los adultos por temor a perder la independencia lograda.
Conocer cómo se nos enseña a ser mujer y a ser varón, los roles de género y sus prescripciones, la socialización de género y sus respectivos resultados para cada sexo ayudarán a entender de qué manera se va preparando,- primero en la familia y luego en la escuela- el terreno para que un muchacho maltrate a su novia y para que ésta permanezca en una relación violenta. Así un muchacho que quiera cumplir cabalmente con el rol de género masculino tradicional, manifestará algunas conductas ligadas al control y la posesión que pueden dar lugar a la violencia: aparentar actividad sexual para demostrar su virilidad ante su grupo de amigos; ser quien tome las decisiones en la relación de pareja; dominar y controlar las actividades y comportamientos de ella; probar constantemente que él es "hombre" a través de actos agresivos y dureza por temor al estigma de la homosexualidad o por miedo a ser acusado de ser un “dominado” por las mujeres; esperar que la novia renuncie a sus intereses o a otras relaciones y dé la máxima prioridad a su relación con él.
Por otro lado, una muchacha, puede ceder a la presión del grupo e intentar cumplir con las prescripciones del rol de género femenino tradicional: creer que puede cambiar al hombre que ama; sentirse culpable por los problemas y responsable del funcionamiento de la relación; pensar que jamás encontrará otro novio; justificar su malestar y sufrimiento diciendo que él va a cambiar si ella lo ayuda. Estas ideas la pondrán en riesgo de involucrarse en relaciones potencial o abiertamente violentas sin que ella se dé cuenta.
En el noviazgo pocas veces hay golpes, lo que hay son apretones, empujones, palmadas y violencia emocional, verbal, económica y sexual. No hay golpes como ocurre en estas relaciones cinco años después, pues la violencia va en escalada. Es decir, de niveles bajos de agresión, como serían los insultos, se pasa a los golpes o a la violencia sexual más extrema. La violencia verbal es tomada como normal entre jóvenes y, aunque para ellos no resulte ofensivo, facilita el avance a niveles más altos de agresión, a una diferenciación cada vez más tenue entre el respeto y la ofensa. La mayoría de las veces los novios se están acercando al maltrato y no pueden percibirlo, pues si ya es natural y cariñoso usar palabras que antes eran una grosería, entonces ¿qué es lo que ahora los va a ofender, si todo el tiempo se insultan y someten a empujones? No hay manera de diferenciar estos modos cotidianos de maltrato del verdadero enojo. Por eso ellos y ellas no saben distinguir ni detectar cuándo ejercen o sufren violencia.
Al respecto, la psicoanalista y académica mejicana Georgina Zárate comenta que "lo ofensivo en las palabras es la carga afectiva con que se dicen: si te digo pendejo con mucho cariño, igual y no te ofende, pero si te lo digo con todo mi odio, entonces ya es algo que te lastima. El insulto depende más del contexto que de la expresión en sí." La violencia verbal, enfatiza la especialista, es común en las jóvenes menores de 30 años que acuden a terapia: "ellas vienen a trabajar el ser víctimas de violencia emocional, cuando no pueden desprenderse del otro porque hay connotaciones amorosas, pero hay también connotaciones violentas que de algún modo son disfrazadas de amor. Y esto es promovido por el machismo que muchas madres transmiten a sus hijas: '¡Ay, hija, aguántate! Igual y al rato se le pasa, estaba enojado, estaba borracho... bueno, pero... ¡es qué no lo provoques!' ¡Como si fuera la responsabilidad o la culpa de la joven!”.
La realidad es que existe una repetición de patrones, pues las situaciones de violencia en el noviazgo son una reproducción de la violencia aprendida en el hogar, aumentada por la falta de experiencia y de modelos de comportamiento no violentos. Las ideas vinculadas al amor romántico, que promueven la pasividad de las mujeres frente a las conductas violentas, son parte de los comportamientos aprendidos familiarmente y que constituyen la trama sobre la que se asientan las relaciones de violencia. Muchas veces cuando las jóvenes son consultadas respecto a las razones que la llevan a permanecer en una relación violenta, la respuesta es “no sé” o “estoy con él porque lo quiero”.
Otro ámbito donde la violencia produce estragos es el de las relaciones sexuales, con actos que van desde la coacción para iniciarse sexualmente y el coito no deseado hasta la violación. Para Georgina Zárate, “quizás la parte que hace que algo placentero y satisfactorio se convierta en, o tenga un componente agresivo, es cuando el otro, de algún modo, impone. Cuando uno de los dos es sometido, estamos hablando de niveles de agresión y en determinado momento, de violencia."
Una de las maneras más frecuentes de agresión sexual entre novios, es la llamada violación por confianza, que sucede cuando las jóvenes o adolescentes son presionadas a tener actividad sexual, aunque en la mayoría de los casos con un cierto consentimiento por parte de ellas. Ana Laura Rosas -responsable del Proyecto de Juventud del Colectivo de Hombres por Relaciones Igualitarias de Méjico (Coriac) y terapeuta con años de experiencia en el trabajo con mujeres violadas- ejemplifica con el caso de una de sus pacientes, quien le confió: "¿Cómo le iba a decir a mi mamá que me habían violado, si hasta yo pagué el hotel? Fui yo quien le propuse tener relaciones sexuales, pero de repente él me empezó a hacer cosas horribles, quise detenerlo pero no pude. Por eso no podía decirle a mi mamá, no me iba a creer... ¿Cómo le voy a decir que me acosté con él y que además no es la primera vez? ¿Cómo le digo que en esta ocasión se portó mala onda? Se va a dar cuenta (mi mamá) que ya no soy virgen. En este contexto, se vuelve notorio que la aceptación de la violencia sexual --disfrazada de “así son las cosas” o “tú te lo buscaste”- está determinada por experiencias anteriores, incluso, si no hay antecedentes de abuso sexual. Lo que sí hay es una constante repetición de la violencia, como si las chicas buscaran, de modo no consciente, compañeros emocionales o sexuales que las traten del mismo modo."


Tipos de violencia
Violencia verbal
Insultos, gritos, palabras hirientes u ofensivas, descalificaciones, humillaciones, amenazas, piropos que causen molestia, etcétera.


Violencia psicoemocional
Aquellas actitudes que dañan la estabilidad emocional, disminución o afectación de la personalidad; son muy difíciles de medir pero pueden ser prohibiciones, coacciones, condicionamientos, intimidaciones, amenazas, etc. Asimismo, todo acto realizado con la intención de causar daño moral, como la ridiculización en público o el comentario en público de las prácticas sexuales de la pareja.


Violencia económica
El castigo a través del control del dinero o de los bienes materiales. Es una de las formas más sutiles de violencia. En el noviazgo se puede manifestar mediante el control que hace él de las entradas que ella tiene como fruto de su trabajo o del dinero que le dan a ella sus padres.


Violencia física
Actos de agresión intencional en los que se utiliza cualquier parte del cuerpo, algún objeto, arma o sustancia, con la finalidad de sujetar, inmovilizar o causar daño a la integridad física de otra persona, generalmente más débil, encaminados a su sometimiento y control. Incluye los empujones, bofetadas, puñetazos, puntapiés, apretones de cuello o del brazo, etc. Este tipo de violencia muchas veces deja cicatrices o lesiones leves y/o severas e incluso puede causar la muerte de la novia.


Violencia sexual
Toda conducta reiterada por acción u omisión de connotaciones sexuales, cuyas formas de expresión dañan la intimidad de la persona, vulneran su libertad y afectan su desarrollo psicosexual; algunos ejemplos son:


-Práctica sexual bajo coacción.
-Prácticas sexuales no deseadas o que generen dolor.
-Exhibición de genitales sin consentimiento de la otra persona.
-Tocamientos íntimos o roces sin el consentimiento de la persona.
-Penetración sin consentimiento por la boca, vagina o ano.


ALGUNOS INDICADORES DE LA VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO
¿Cómo es tu noviazgo ?
Tu pareja:
¿Te desvaloriza, te ofende, te insulta o te descalifica? ¿Lo haces tú?
¿Te dice lo que piensa y siente? ¿Lo dices tú?
¿Te obliga hacer cosas que no quieres? ¿Lo obligas tú?
¿Amenaza con dejarte si no haces lo que dice? ¿Lo amenazas tú?
¿Sientes miedo de sus reacciones? ¿Tu pareja siente lo mismo?
¿Aunque sea "jugando" alguna vez te empujó, te pegó? ¿Lo has hecho tú?
¿Te acusa de estar, salir o coquetear con otros? ¿Lo acusas tú?
Aunque sea una vez, ¿te empujó, te torció el brazo, te pegó? ¿Lo hiciste tú?
¿Te dice que tus amigos o familiares te llenan la cabeza en contra de él? ¿Lo haces tú?
¿Te acusa de vestirte y maquillarte provocativamente?
¿Alguna vez te ha dicho que eres la única que lo saca de las casillas? ¿Se lo has dicho tú?
¿Ha perdido el control al punto de tirarte el cabello?
¿Te llama constantemente para saber dónde estás? ¿Lo haces tú?
¿Te ha presionado para tener relaciones sexuales? ¿Lo has hecho tú?